En el vaho de tus pupilas escribiría mi nombre,
y con tinta permanente escribiría en tu mente,
que todo se puede, y quizás, solo quizás,
puedas creerme si te digo, que tu boca y la mía,
están a un beso de encontrarse.
Encontrarse encerrados
en un lugar, donde lo único que cae
es el agua sobre nuestros cuerpos,
cuerpos que se besan con las manos.
Manos con las que guías mis miedos,
miedos que aferro a mis púpilas,
para que se dilaten cuando sonrias,
porque juraría que cuando lo haces,
veo la vida asomarse por tus mejillas.
Pero nada puede hacerle sombra cuando
me miras,
te miro,
y me dices lo bonita que estoy,
mojada,
desnuda,
con todos mis miedos y mis dudas.
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