miércoles, 18 de abril de 2018

Mi camino a Tebas


Sin pensármelo dos veces, disparé mi último cartucho, con la esperanza de que ese último disparo no fuera mi sentencia.

Destruida como Amarna, todo lo que fui quedó a orillas del Nilo.

Dejé que el río se llevará lo poco que quedaba de mi.

Mi historia hecha cenizas y olvidada, acabó por convertirse en polvo. Si mi destino era formar parte de este desierto, quien era yo para para llevarle la contraria...

Cuando más pensé que me perdía, apareciste tú, y quien me diría que volverías a ser mi camino a Tebas.
Y así, en medio de esta guerra, sentí crecer la primavera, desbordando nuestras ganas en cada centímetro de nuestra piel.

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